Ama sin hacer
ruido.
El amor no entiende de griterío,
que solo sirve para distraer,
para envolver la mentira,
para embelesar a quien solo espera,
a quien no cree ni quiere el verdadero amor.
Ama sin llamar la atención.
La petulancia es una careta,
del egoísmo, del querer y no amar.
Que la vanidad esconde la verdad,
muestra el que no es y tapa los cardenales
que le corresponde
en una vida falaz.
Ama sin que nadie note,
ni tu presencia ni tu ausencia.
Sin que las palabras, y el ser exterior,
sean los protagonistas impertérritos.
Sin miedos, ni actas de valentía,
sin sorpresas ni misterios.
Ama cuchicheando al oído,
con el roce de tus sentimientos,
con la caricia de tu dulzura,
con la mano abierta y los ojos cerrados,
con la libertad, el respeto
y el compartir como estandarte.
Ama sencillamente para amar.
En la claridad de la sinceridad,
huyendo de la oscuridad de la soberbia.
En la diafanidad de la honestidad,
sin reservas ni carencias,
sin odio ni rencor.
Ama y recibirás AMOR.
Sinto pequeño.
22/03/2015
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